
Ecuador, la violencia no cesa, y pagan con la vida personas inocentes, trabajadores y hasta profesionales del fútbol ecuatoriano. Afirman que ese país no tiene autoridad que los defiendan.
A diario ocurren masacres, y todos por no pagar la llamada ‘Vacuna’, las bandas criminales han cogido fuerza que en cualquier calle y a cualquier hora se registran los homicidios, mientras que el gobierno de Daniel Noboa, no se ha preocupado por reforzar la seguridad.
Es así que ahora, en cada cantón, provincia y parroquia del norte, sur, oriente y occidente de Ecuador, viven esa impotencia de no poder hacer nada contra los criminales que a diario matan, roban, secuestran y extorsionan.
Cada familia, implora por la seguridad, pero los crímenes van en aumento, y lo más triste, ahora el turno fue para una mujer de 41 años, que trabajaba como taxista informal, le segaron la vida.
Se trata de Silvia Leonor Inga, de 41 años, una taxista informal, quien había desaparecido desde el domingo 14 de septiembre de 2025 y fue hallada sin vida al ingreso del Jardín Botánico, en el norte de Guayaquil.
Su cuerpo, en estado de alta descomposición, presentaba las manos y pies atados y varios impactos de bala. La mujer fue hallada en un terreno abandonado lleno de maleza y escasa presencia de personas.
Tras la fatal noticia, se convirtió en un momento desgarrador para sus hijos que, aún son menores de edad, y al acercarse al cadáver y entre llantos repetían: “Mamita, ¿por qué nos dejas solos? Despierta”.
Afirman medios de comulación que, Leonor, había salido a trabajar el domingo 14, conduciendo su vehículo azul en los alrededores de una plaza comercial en la ciudadela La Aurora, pero nunca volvió a casa. Durante cuatro días, sus hijos esperaron ansiosos a que regresara, sin sospechar la tragedia que ocurriría.
Conocidos de la víctima aseguraron a las autoridades que Leonor, no tenía amenazas previas y que se dedicaba únicamente a trabajar para sacar adelante a su familia. Se presume que fue secuestrada durante su jornada laboral.
El levantamiento del cadáver estuvo a cargo de agentes de Criminalística de la Policía Nacional, quienes también investigan las circunstancias de su muerte. Previamente, el vehículo de Leonor fue retenido luego de que un conductor lo evadiera en un control policial en Pascuales; el automóvil coincidía con las características del de la víctima, un Hyundai azul con placa GQQ-666.
Familiares, amigos y vecinos permanecen consternados, mientras las autoridades continúan con la investigación. La tragedia de Silvia Leonor Inga, deja no solo un caso criminal por esclarecer, sino también a dos hijos huérfanos, marcados por la pérdida y el dolor de no volver a ver a su madre.
La mujer era oriunda de Mocache, Los Ríos, actualmente vivía en La Aurora. Se ganaba la vida transportando vecinos confiaban en su servicio hasta que quienes querían apropiarse de su refuerzo la asesinaron.