
Esta es la grave denuncia que hacen uniformados que pidieron reservar su nombre por temor a represalias de parte en contra de sus superiores, que tienen mando en el Departamento de Policía Nacional de Nariño, Denar.
A esta situación, se suma otra denuncia que circula por redes sociales, donde una defensora de Derechos Humanos que llegó desde la ciudad de Bogotá al municipio de Túquerres, afirmó en un video que interpondrá las denuncias ante la Fiscalía, Procuraduría y Contraloría General de la Nación.
El documento que llegó a www.abranoticias.com dice:
“El señor Teniente Coronel Fabián Maurico Chaparro, se ha desempeñado como comandante operativo del departamento de Policía Nariño, hace aproximadamente 9 meses, durante su desempeño se han venido presentando situaciones que afectan el bienestar, la moral y los derechos del personal bajo su mando, demostrando en múltiples ocasiones actuar con base en intereses individuales dejando de lado las necesidades del personal , percibiendo una gestión centrada en el control rígido sin un enfoque humano ni vocación de servicio”.
El documento agrega, además, “Es notoria su falta de liderazgo empático y efectivo. Su principal preocupación parece ser evitar verse involucrado en procesos disciplinarios, se ha hecho evidente la falta de respeto y atención hacia el personal que no ostenta un rango superior pues en reiteradas ocasiones ha mostrado mayor interés por su teléfono móvil que por escuchar activamente al personal, incluso en momentos en los que se le está dirigiendo la palabra con solicitudes o asuntos institucionales importantes”.
“Asimismo, el señor Teniente Coronel, ha demostrado una actitud hipócrita y contradictoria, ya que públicamente emite juicios despectivos y sin fundamento sobre el trabajo de distintas dependencias del Departamento de Policía Nariño, pronunciando “Esos no hacen nada”, generando con esto divisiones internas, desconfianza institucional y afectando gravemente la moral del personal que presta su servicio en dichas áreas”.
La denuncia de los afectados no para ahí y continúan diciendo, “De igual manera, llama profundamente la atención el trato preferencial y desproporcionado que mantiene con sus dos secretarias (Subintendente Dayana y Patrullera Luisa) a quienes ha otorgado funciones y atribuciones que sobrepasan claramente su rol administrativo”.
El documento relata además, “Estas personas han asumido tareas y facultades que corresponden exclusivamente a la jefatura operativa, permaneciendo siempre con actitud desafiante, sin saludar, insubornidadas e incluso amenazando con informar al Coronel, en caso de no recibir obediencia inmediata, ellas, mantienen un alto nivel comunicacional a su conveniencia (chisme) de todo lo que pasa a su alrededor, situación que ha llevado a generar llamados de atención incluso hasta traslados”.
“Esta dinámica ha provocado un grave desequilibrio en la cadena de mando, afectando directamente la autonomía de oficiales superiores, jefes y comandantes, quienes ya no pueden ejercer correctamente su autoridad, pues cualquier intento de ejercer control sobre estas funcionarias es inmediatamente desestimado y desautorizado por el señor Coronel”.
En otro de los apartes dice, “Otro aspecto preocupante es su constante obstaculización al desarrollo profesional e intelectual del personal policial. Cuando se presentan solicitudes de permiso para estudios —ya sea de formación académica, técnica o institucional—, su respuesta habitual es cuestionar “cuándo van a reponer las horas”, desconociendo que precisamente dichos permisos se gestionan por la falta de tiempo disponible, dado el cumplimiento de turnos, responsabilidades operativas y obligaciones personales. Este tipo de actitud refleja falta de comprensión y visión estratégica sobre la importancia de la capacitación continua, e ignora que el fortalecimiento académico del personal redunda directamente en un mejor servicio policial”.
“También se ha evidenciado un patrón de discriminación hacia las funcionarias policiales que son madres. En formaciones ha emitido comentarios despectivos, insinuando que la maternidad representa un obstáculo para el cumplimiento de sus funciones, lo cual resulta inaceptable y ofensivo, generando malestar en los presentes y atentando contra la dignidad de las mujeres que cumplen con el doble rol de servidoras públicas y cuidadoras”.
Los denunciantes afirman, “se ha observado que de forma reiterativa solicita que estas funcionarias sean enviadas a prestar apoyo sin tener en cuenta sus condiciones particulares, decisiones que se interpretan como actos de represalias o caprichos. Se recuerda que estos comportamientos pueden construir una forma de discriminación directa por razón de género y maternidad, lo cual vulnera los principios constitucionales y compromisos institucionales frente a los derechos de la mujer”.
Finalmente, señalan en el documento, “Por último, es irritante en las diferentes revistas a las unidades, no entabla conversación alguna y su gesticulación siempre es de desagrado, además, de ser injusto cuando se trata de otorgar el descanso del personal, bien sea cuando llegan de apoyo, en los grupos operativos, permiso por problemas de salud o problemas familiares, cuando se le realiza la solicitud personalmente su reacción es de molestia, rechazo evidente y gestos de desaprobación, sin importar la necesidad que tengan los funcionarios”.
A lo anterior los uniformados que pidieron reservar su identidad se preguntan:
Señor Coronel ¿será que para que autorice algo debemos tener las características de sus secretarias? ¿Será que si otorga un permiso se terminará la Policía? ¿Será que le puede dar trámites a todas las quejas que hay contra sus protegidas? ¿Será que estudiar es un pecado? ¿Será que se le olvida quien lo trajo al mundo? ¿Será que, si mejor afianza su grupo de trabajo, no tiene que estar hablando mal de los demás? Amanecerá y veremos…