Opinión

En Pasto conductores de motos no respetan señales tránsito. Un desorden total

Pasto, capital de Nariño, es la ciudad más desordenada, nadie respeta nada, empezando en su mayoría por los conductores de motos que las utilizan como si fueran un servicio público.

Las administraciones de turno llegan tratando de bajar la accidentalidad instalando señalizaciones, pero para estos conductores de motos más conocidos en la ciudad como ‘motorratones’, los semáforos, pares, ciclorutas, prohibidos parquear, cebras, zonas escolares, entre otras, no existen para ellos porque no las respetan.

Es decir que diñas señales de tránsito para estos conductores de motos es como si estuvieran pintadas con tiza o con vinilos, porque el afán de llegar a sus lugares de destino no les importa si el semáforo está en rojo o el accidente que pueden ocasionar.

Lo mismo pasa en las horas pico, que se van por delante invadiendo los andenes generando accidentes de tránsito contra los peatones.

Todo esto ocurre en Pasto, porque los funcionarios de la Secretaría de Tránsito les falta hacer su trabajo, estos empleados viven preocupados por hacer comparendos a través de retenes que por cualquier escusa le hacen la multa mientras la ciudad está desordenada.

Pasto, es una ciudad completamente desordenada porque nadie toma conciencia ni por su propia vida, puesto que muchos conductores de motos han muerto y otros han quedado gravemente heridos por no respetar las señalizaciones.

Todas las señales no existen para los llamados ‘motorratones’, y otros que se desplazan a sus lugares de trabajo.  Si les dan la oportunidad de trabajar en estos vehículos por lo menos deberían respetar la ciudad empezando por las señalizaciones.

A parte de ser irrespetuosos, son intolerantes porque nadie les puede decir nada, porque se bajan de sus automotores enfurecidos o te dejan insultando.

Estos conductores de motos en su mayoría en su afán de llegar o recoger parrilleros causan accidentes, pero las autoridades no le paran ni bolas a este problema de ciudad, están solo dedicados a hacer retenes mientras la capital vive un coas.

A esto se suma la invasión de espacios públicos con ventas ambulantes que forman grandes trancones en las calles o carreras principales del centro de la ciudad. Nadie está en contra del trabajo sino que haya más orden. El centro de Pasto es otra verdadera plaza de mercado que no hay control por parte de las autoridades.

Se espera que el nuevo alcalde Nicolás Toro le ponga un poco de orden a Pasto y todos los conductores de motos que las utilizan para trabajar respeten las señalizaciones por lo menos para salvar sus propias vidas y la del parrillero, inclusive hasta sin cascos transitan excediendo la velocidad.

Además, estos conductores al parecer no saben para que sirven los direccionales, los prenden sin saber si cruzan a la derecho o izquierda y es donde generan accidentes.

Lo mismo pasa con los conductores de servicio público que se creen dueños de las calles, hacen los pares donde ellos quieren suben o bajan pasajeros. no se dan el trabajo por lo menos de hacerse a un lado sino que se parquean en plena centro de la vía generando los trancones. En oportunidades taxistas o buses hacen pares en pleno semáforos en verde.

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